¿Qué es el deslumbramiento y cómo evitarlo?

El deslumbramiento o llamado también encandilamiento, es la pérdida momentánea de la visión causada por una sensación o fuente luminosa muy intensa. Como consecuencia de este fenómeno se produce el efecto de quedar prácticamente a ciegas por unos instantes (varía según la edad, condiciones psíquico físicas y si padecemos alguna otra condición, como fatiga, cansancio o somnolencia), circunstancia que por cierto representa un grave riesgo para la seguridad propia y la del resto de los usuarios de la vía.

Existen varios tipos de deslumbramiento, el más común se produce con un vehículo que se desplaza en sentido contrario al nuestro y es más probable durante la noche y en curvas con mala visual, ya sean estas verticales u horizontales. Por ejemplo, dada las características geográficas de nuestro país, con carreteras montañosas o en rutas con pronunciados radios de curva, existe la posibilidad de la acción sorpresiva de un intenso rayo de luz de un reflector de vehículo sobre el ojo humano. El deslumbramiento es improbable cuando el conductor, en carreteras con amplia visibilidad y visual puede apreciar con antelación suficiente la aproximación al frente de otro vehículo y prepararse para un eventual efecto deslumbrante.

También puede causar deslumbramiento los vehículos que circulan tras nosotros, ya que existe la posibilidad de que los focos frontales de estos reflejen indirectamente la luz en nuestros espejos retrovisores.
Así como un estudio de la Universidad de Michigan (EE.UU.) señala que pueden pasar hasta 5 segundos para que la visión se restablezca. Otros indican que esta recuperación a la ceguera temporal frente a un deslumbramiento tarda 7 segundos, no obstante, hay consenso en que esta condición oscila extraordinariamente entre individuos y de las condiciones geográficas.

También existe acuerdo en algunos estudiosos del tema y en eso no existe refutación alguna, que ante un deslumbramiento y mientras los ojos se recuperen a su estado normal, los tiempos y distancias de percepción-reacción y de frenado ante un obstáculo u emergencia, aumentan considerablemente, existiendo por lo tanto mayores probabilidades de ocurrencia de un siniestro vial ante el impedimento de actuar a tiempo.

A modo de ejemplo, si un vehículo circula a una velocidad de 120 km/h, habiendo un tiempo de recuperación al deslumbramiento de 5 segundos, significaría 170 metros sin ver correctamente, por lo que si un menor cruza la calzada corriendo en busca de su pelota a los 150 metros, ciertamente que sería atropellado.

¿Cómo evitar el deslumbramiento?

• Actúa siempre con calma.

• Reduce progresivamente la velocidad durante todo el tramo para controlar la situación.

• Nunca reacciones con las luces altas frente al vehículo que circula en sentido contrario. Sólo conseguirás que aumentes la probabilidad de accidente, sobre todo en vías bidireccionales por una pista de circulación por sentido.

• Advierte al otro conductor con breves e intermitentes cambios de luces bajas y altas.

• Desvía la mirada de la fuente de luz y céntrala en la línea blanca de demarcación del eje y pistas de circulación de la calzada o en la línea de borde de calzada.

• En caso necesario, tapa la fuente de luz con la palma de la mano.

• Mantén el parabrisas y la luneta del vehículo siempre limpias.

• Regula adecuadamente los espejos retrovisores del vehículo.

• Cambia el ángulo de posición del espejo retrovisor interior para perder el reflejo de las luces del vehículo de atrás.

• Use excepcionalmente el parasol del vehículo, ya que si bien le ayudará a sortear satisfactoriamente el deslumbramiento, éste puede agravar el campo visual. 

Víctor Cancino Veloso - Experto en investigación de accidentes de tránsito