La electromovilidad es ya una realidad en Chile

Al igual que algunas otras ciudades del país, Santiago sufre una alta contaminación cada invierno, a pesar incluso de la restricción vehicular. La calidad del aire se ha vuelto pues un grave problema para la salud de la población.

Sin embargo, nuestro país ya comenzó el camino para convertirse en una potencia en Latinoamérica buscando una solución a este problema. De hecho, el primer paso vino dado por el gobierno que entregó licencias para taxis eléctricos que empezarán a circular este año. En palabras de Gloria Hutt, Ministra de Transportes y Telecomunicación: “Hemos adjudicado 60 licencias para comenzar a operar el último trimestre de este año”.

Al igual que otras capitales del mundo, Chile no quiere quedarse atrás y pretende llegar al 2050 con un enérgico desarrollo en electromovilidad, convirtiéndose así en un país sustentable, referente para otros países de la región. Ciertamente es incontestable que los vehículos eléctricos son más eficientes que los vehículos convencionales debido a su tecnología de punta y además cumplen con todos los estándares de seguridad. Algo que ha defendido la Ministra de Energía de Chile, Susana Jiménez al afirmar que “los vehículos electrónicos son menos contaminantes son más eficientes energéticamente, tiene menores costos de manutención y son más silenciosos”.

De hecho, ya en diciembre se lanzó la “Estrategia nacional para potenciar la electromovilidad en Chile” que abarca 5 puntos para avanzar hacia el objetivo de que un 40% de los autos y un 100% del transporte público funcione por electricidad el 2015.

1. Marcos regulatorios, estándares y normativas.

2. Transporte público como motor de desarrollos parta la electromovilidad.

3. Fomentar la investigación y desarrollo y capacitación

4. Transformación de flotas públicas y proyectos pilotos para futuros proyectos privados.

5. Transferencia de conocimiento y acceso a la información.

Si bien con la ayuda de los autos eléctricos, no terminaremos con la contaminación ambiental en Chile, es una buena forma para modernizar el transporte público y ayudar un poco, no sólo con la contaminación ambiental, sino también con la contaminación acústica.

Paola Cifuentes – Departamento de Comunicación