La seguridad vial no es exclusiva de calles y carreteras; también debe estar integrada en la cultura de las empresas, especialmente en aquellas que dependen del desplazamiento de sus equipos o del uso de vehículos para sus operaciones diarias. Adoptar buenas prácticas viales no solo protege la vida de las personas, sino que también optimiza la gestión, reduce costos asociados a accidentes y refuerza la imagen responsable de la organización.
La seguridad vial representa uno de los mayores desafíos para las empresas chilenas que dependen del transporte como parte fundamental de sus operaciones, como asimismo para los trabajadores que se desplazan a sus trabajos en vehículos propios o haciendo uso del transporte público.
La seguridad vial es un componente esencial para cualquier organización que interactúe con el sistema vial. Que las empresas cuenten con un marco efectivo para gestionar los riesgos viales representa un aspecto que debe necesariamente ser potenciado y que sólo puede aprovecharse a través de la mejora continua.